Adam Hammond, líder empresarial de IBM Quantum en EMEA, analiza la posición del Reino Unido en el espacio cuántico global y describe las necesidades clave para el crecimiento futuro.
Si bien la inteligencia artificial (IA) está en su apogeo, la computación cuántica se perfila como la próxima revolución tecnológica, cuyo valor se estima en 850 mil millones de dólares para 2040. La UNESCO ha designado el año 2025 como el Año Internacional de la Ciencia y la Tecnología Cuánticas. Si el Reino Unido aprovecha esta oportunidad, la computación cuántica podría convertirse en un verdadero diferenciador para el país, con el poder de mejorar nuestra economía y el mundo.
Llegar allí requerirá estrategias políticas que enfaticen la neutralidad tecnológica, utilicen software de código abierto, prioricen la financiación para la investigación de desarrollo de algoritmos y aplicaciones, y reduzcan las barreras de acceso. Afortunadamente, el fuerte liderazgo de Europa en ciencia física y experiencia técnica proporciona el punto de partida perfecto.
La necesidad de la tecnología cuántica
En un mundo con potencia informática acelerada por la IA, quizás se pregunte por qué necesitamos computadoras cuánticas. En pocas palabras, hay problemas complejos que las computadoras clásicas no pueden resolver, como la simulación molecular para el descubrimiento de fármacos y la ciencia de materiales, o la optimización de sistemas a gran escala en finanzas y logística.
Este año, el grupo británico de servicios financieros HSBC publicó una investigación que parece ser la primera evidencia empírica del mundo del valor potencial de las computadoras cuánticas para resolver problemas del mundo real en el comercio algorítmico de bonos. E.ON, una de las empresas energéticas más grandes de Europa, también está explorando formas de utilizar Quantum para optimizar los precios de la energía en medio de condiciones climáticas variables y patrones de uso variables en áreas recientemente electrificadas.
Además de maximizar la eficiencia de las redes energéticas y los servicios financieros, también se están explorando otras oportunidades, como cómo la tecnología cuántica puede optimizar el transporte global y ayudar a comprender reacciones químicas complejas que podrían conducir al descubrimiento de nuevos materiales y medicamentos.
¿Qué significa esto para el Reino Unido?
El Reino Unido alberga uno de los ecosistemas cuánticos más fuertes del mundo, con talento e instalaciones de investigación de primer nivel. El Reino Unido tiene el mayor número de nuevas empresas de computación cuántica de Europa. Esto refleja una considerable fortaleza de la investigación, ya que casi la mitad de las empresas de hardware cuántico del Reino Unido y un tercio de las empresas de software cuántico del Reino Unido son el resultado de empresas derivadas de universidades del Reino Unido. La asociación con el mundo académico también ayudará a acelerar la creación de una nueva fuerza laboral y ecosistema cuánticos. Aquí en el Reino Unido también hemos visto ejemplos de colaboración eficaz entre la industria, el mundo académico y el gobierno. AstraZeneca está colaborando con IBM y el Centro Nacional de Innovación Digital STFC Hartley para explorar cómo la tecnología cuántica puede mejorar la precisión del modelado molecular y acelerar el desarrollo de fármacos.
Según el informe Quantum de Oxford Economics de 2025, la computación cuántica ofrece al Reino Unido una gran oportunidad para aumentar la productividad y el crecimiento del PIB en toda la economía. La computación cuántica podría ayudar a lograr un aumento del 7% en la productividad para 2045, lo que resultaría en un valor agregado bruto de £212 mil millones de libras esterlinas al PIB del Reino Unido. Esto equivale a alrededor de £7.500 adicionales por hogar en el Reino Unido.
Para seguir siendo globalmente competitivo como líder cuántico, el Reino Unido necesita compromiso e inversión a largo plazo por parte del gobierno, junto con socios de la industria.
Transición a la supremacía cuántica
IBM anunció recientemente avances para lograr una ventaja cuántica para fines de 2026 y una computación cuántica tolerante a fallas para 2029. IBM Quantum Nighthawk es el procesador cuántico más avanzado de la compañía hasta la fecha, diseñado con una arquitectura que complementa el software cuántico de alto rendimiento para ofrecer una ventaja cuántica en 2026. Es decir, el punto en el que las computadoras cuánticas pueden resolver problemas de manera más eficiente y precisa que todos los métodos convencionales. La conectividad de qubit mejorada con Nighthawk permite a los usuarios ejecutar circuitos un 30% más complejos que los procesadores anteriores de IBM con precisión y al mismo tiempo mantener bajas tasas de error.
Paralelamente, IBM está logrando rápidamente hitos hacia la construcción de la primera computadora cuántica tolerante a fallas a gran escala del mundo para 2029.
La compañía también anunció IBM Quantum Loon, un procesador experimental que por primera vez demuestra todos los componentes principales del procesador necesarios para la computación cuántica tolerante a fallas. Loon valida nuevas arquitecturas para implementar y ampliar los componentes necesarios para una corrección de errores cuánticos práctica y altamente eficiente. La eficiente decodificación con corrección de errores cuánticos aplicada a Loon logró una velocidad 10 veces mayor en comparación con los principales enfoques actuales, un año antes de lo previsto.
La computación cuántica ya no es una visión lejana, sino que se está convirtiendo rápidamente en la base de futuras innovaciones. El Reino Unido tiene un sólido ecosistema de talento, investigación y asociaciones industriales, por lo que estamos bien posicionados para liderar esta transformación. Permitir la superioridad cuántica y, en última instancia, sistemas tolerantes a fallas conducirá a avances en todos los sectores, desde la atención médica y la energía hasta las finanzas y la logística. Hacer realidad este potencial requiere inversión sostenida, cooperación y políticas estratégicas. La carrera hacia la cuántica no se trata sólo de tecnología, sino también de dar forma a la próxima era de competitividad global y crecimiento económico.
Este artículo también se publicará en el número 24 de la revista trimestral.
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