En una sorprendente revelación que resalta la prevalencia de la contaminación por sustancias químicas PFAS, pruebas de laboratorio encontraron rastros de estas «sustancias químicas eternas» tóxicas en la sangre de 24 líderes de la Unión Europea de 19 países.
Este descubrimiento revela cuán profundamente arraigada está la contaminación por PFAS en toda Europa, llegando incluso a los responsables políticos encargados de abordar la crisis.
A menudo, los productos químicos PFAS persistentes, invisibles pero peligrosos, se utilizan en innumerables productos cotidianos, desde ropa impermeable y utensilios de cocina antiadherentes hasta espuma contra incendios.
Su resiliencia en el medio ambiente significa que se acumulan en el suelo, el agua, la vida silvestre y el cuerpo humano.
Patrick ten Brink, director general de la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEB), explicó:
«Los encargados de tomar decisiones deben cerrar la brecha urgentemente, responsabilizar a los contaminadores y detener este ciclo de daño. La gente necesita volver a tener confianza en el agua que bebe y los alimentos que come».
Contaminación generalizada en toda Europa.
La prueba, coordinada por EEB y Chemsec por el Ministerio danés de Medio Ambiente e Igualdad de Género, reveló trazas de entre 3 y 8 sustancias PFAS en todos los lectores analizados.
Estos incluían algunos de los compuestos PFAS más notorios, incluidos PFOA, PFOS, PFHXS, PFNA, PFDA y PFUNDA. Muchos de ellos han estado regulados en Europa durante muchos años bajo las regulaciones EU POPS y REACH.
El PFO, prohibido desde 2008, apareció en las concentraciones más altas, alcanzando hasta 17,19 nanogramos por mililitro. Sorprendentemente, la mitad de los examinados excedieron el umbral de seguridad HBM4EU de 6,9 ng/ml con exposición combinada a las principales sustancias químicas PFAS.
Todos los individuos exhibieron niveles superiores a 2 ng/ml. Este es el punto en el que las Academias Nacionales de Estados Unidos recomiendan la vigilancia médica.
Riesgos para la salud y lagunas regulatorias
Las sustancias químicas PFAS se han relacionado con el cáncer, las enfermedades de la tiroides, la disfunción inmunológica y los trastornos del desarrollo.
Su estabilidad química les permite ser casi indestructibles, persistir durante décadas y acumularse en el torrente sanguíneo.
A pesar de las prohibiciones existentes, siguen ingresando al mercado PFA nuevos y de reemplazo, a menudo con pocos datos de seguridad, lo que crea un ciclo de contaminación y sustitución que los reguladores luchan por romper.
Los expertos medioambientales advierten que este enfoque de Mohr, en el que un compuesto peligroso se sustituye por otro, pone de relieve la necesidad urgente de restricciones universales que abarquen todos los PFA, no sólo variantes seleccionadas.
señales de progreso
En medio de estos sorprendentes descubrimientos, hay algunos rayos de esperanza.
Un líder de la UE que se había sometido previamente a una prueba de PFAS registró esta vez niveles de contaminación más bajos. Esto refleja una tendencia más amplia en las poblaciones europeas donde se han iniciado fuertes restricciones para reducir la exposición. La evidencia es clara: la regulación funciona.
Sin embargo, incluso sin prohibición, el progreso será lento y costoso. La limpieza de la contaminación por PFA podría absorber hasta 2 billones de euros de la economía de la UE en los próximos 20 años, sin contar los costes sanitarios anuales de entre 52.000 y 84.000 millones de euros.
Europa en la encrucijada
Los hallazgos añaden presión a los responsables políticos para que actúen con decisión mientras la Unión Europea se prepara para reformar su regulación de los productos químicos de alcance.
Más de 100 organizaciones lideradas por la EEB apoyan la suspensión del manifiesto sobre PFAS e instan a la UE a implementar una eliminación universal del uso de todas las PFA.
Este proyecto de análisis de sangre sin precedentes envía una advertencia clara. La contaminación por PFAS no conoce fronteras ni títulos.
Sin una acción inmediata y global, estos químicos eternos seguirán circulando por los ecosistemas de Europa y sus líderes.
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