Un nuevo estudio importante aporta nueva claridad al debate de larga data sobre si los vehículos eléctricos (EV) realmente pueden cumplir su promesa climática.
Los vehículos eléctricos de batería (BEV) comienzan a superar a los vehículos tradicionales impulsados por gasolina en las emisiones del ciclo de vida de los vehículos eléctricos después de solo dos años de uso, según una investigación publicada por científicos de la Universidad de Duke.
Aunque la producción inicial de baterías de iones de litio consume mucha energía y genera mayores emisiones iniciales de carbono, el estudio encontró que los vehículos eléctricos están compensando rápidamente la diferencia mediante la reducción de las emisiones operativas, especialmente a medida que la red eléctrica de EE. UU. continúa descarbonizándose.
El desafío de medir el verdadero impacto del carbono
El transporte sigue siendo la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos y representa aproximadamente el 28% del total.
Los formuladores de políticas han defendido durante mucho tiempo la transición a la movilidad eléctrica como esencial para alcanzar los objetivos climáticos. Pero los críticos cuestionan si los vehículos eléctricos son tan limpios como se anuncia, dada toda la cadena de producción, desde la extracción de litio hasta el ensamblaje de vehículos.
Para responder a esto, los investigadores utilizaron el Modelo de Análisis de Cambio Global (GCAM), una herramienta avanzada para evaluar las tendencias globales de energía y emisiones.
Modelaron cuatro escenarios para aumentar la penetración de vehículos eléctricos en los Estados Unidos para 2050, comparando vehículos eléctricos de batería y con motor de combustión interna (ICE) a lo largo de sus ciclos de vida, incluida la extracción de materias primas, la generación de combustible y energía, la fabricación y la conducción en carretera.
Punto de inflexión en 2 años
Los resultados revelaron importantes puntos de cruce. Si se considera todo el ciclo de producción y uso, los BEV producen aproximadamente un 30 % más de emisiones de CO₂ que los vehículos de gasolina en los dos primeros años.

Esto se debe principalmente a las altas demandas energéticas de los procesos de producción de baterías y extracción de litio, que siguen dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles.
Sin embargo, después de que un vehículo eléctrico haya estado en funcionamiento durante dos años, los ahorros netos de carbono comenzarán a notarse. Con el tiempo, estos beneficios se acumulan rápidamente.
Para 2030, se espera que cada kilovatio-hora (kWh) adicional de capacidad de la batería evite aproximadamente 220 kilogramos de emisiones de CO₂, pero para 2050 las emisiones de CO₂ disminuirán ligeramente a 127 kilogramos a medida que las redes se vuelvan más limpias y mejoren las eficiencias de fabricación.
Beneficios ambientales y económicos de los vehículos eléctricos a largo plazo
Además de las reducciones de CO₂, el estudio también tiene en cuenta los impactos ambientales y de salud asociados con la contaminación del aire.
Una vez que se monetizan tanto el cambio climático como la contaminación del aire, se estimó que el costo ambiental de por vida de los vehículos propulsados por gasolina sería de 2 a 3,5 veces mayor que el de los BEV.
Los investigadores descubrieron que, desde una perspectiva económica, los vehículos eléctricos ofrecen beneficios superiores a largo plazo tanto para el planeta como para la salud pública, a pesar de que los costos ambientales iniciales de producción son altos.
Estos hallazgos resaltan cómo se espera que crezcan los beneficios de la electrificación a medida que la red eléctrica de EE. UU. continúe su transición hacia fuentes de energía renovables.
Supuestos y perspectivas futuras
Los autores reconocieron que su análisis se basó en varias suposiciones sobre la vida útil del vehículo, el kilometraje anual y el tamaño promedio de la batería.
El modelo también excluye las emisiones asociadas con la construcción y el mantenimiento de nueva infraestructura de carga. Sin embargo, los resultados muestran de manera concluyente que los beneficios de la movilidad eléctrica están aumentando.
A medida que la energía renovable se generalice en la generación de energía, se prevé que las emisiones del ciclo de vida de los vehículos eléctricos disminuyan aún más, lo que fortalece los argumentos a favor de una rápida electrificación de la flota de vehículos de motor de Estados Unidos.
En última instancia, este estudio refuerza el argumento de que, si bien los vehículos eléctricos no están libres de emisiones, son un paso importante hacia el logro de reducciones significativas a largo plazo en la contaminación por carbono.
En la carrera hacia un transporte más limpio, las verdaderas victorias de los vehículos eléctricos parecen comenzar después del segundo año.
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