Google anunció hoy que invertirá en una planta de energía de gas natural en Illinois que tiene como objetivo capturar una gran parte de sus emisiones de carbono.
La central eléctrica de 400 megavatios se construirá en las afueras de Decatur, junto a una planta de etanol operada por Archer Daniels Midland (ADM), que ya captura CO2 de sus operaciones. Google comprará la mayor parte de la electricidad para alimentar los centros de datos cercanos, mientras que ADM utilizará parte del vapor y la electricidad de la planta. La infraestructura baja en carbono está desarrollando nuevos proyectos.
Google pretende capturar «aproximadamente el 90%» del CO2 producido por sus centrales eléctricas, afirmó la empresa.
El dióxido de carbono de las centrales eléctricas de Google se inyectará en la misma formación de almacenamiento geológico que ya se utiliza en las instalaciones de etanol de ADM. Este sitio es la ubicación del primer pozo de almacenamiento de CO2 a largo plazo en los Estados Unidos.
Normalmente, cada día se bombean al pozo unas 2.000 toneladas de CO2. Pero las inyecciones se detuvieron en 2024 después de que se descubrió que la salmuera que almacenaba CO2 disuelto en las profundidades del subsuelo se estaba moviendo hacia «áreas no autorizadas», según la EPA. Según un informe de E&E News, ADM anunció que la fuga fue el resultado de la corrosión en el pozo de monitoreo y que desde entonces se han reanudado las inyecciones.
La captura y almacenamiento de carbono (CAC) es muy prometedora para reducir las emisiones de carbono de las centrales eléctricas de carbón y gas natural, pero el historial en esta área ha sido mixto.
Un estudio reciente de 13 instalaciones de CCS que representan el 55% del carbono capturado muestra que la mayoría no cumple con las expectativas. La instalación de ExxonMobil en Wyoming, que procesa gas natural, recuperó un 36% menos de lo esperado. La central eléctrica de 115 megavatios en Canadá que más se parece al proyecto de Google está produciendo sólo alrededor del 50% de la energía prometida.
Si bien la CAC puede reducir la contaminación derivada de la quema de gas natural para generar electricidad, no hace nada para abordar las fugas de metano que ocurren a lo largo de la cadena de suministro de gas natural. El metano es un potente gas de efecto invernadero que provoca 84 veces más calentamiento que el dióxido de carbono en 20 años.
Como resultado, las fugas pueden cambiar significativamente los cálculos de carbono. El gas natural tiene una tasa de fuga de sólo el 2%, comparable a la del carbón cuando se quema sin cesar. La captura de carbono reduce esa cifra, pero no elimina el calentamiento causado por la extracción y el transporte de gas natural.
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